Antaño frecuente en los más variados rincones del territorio español, el alimoche ha sufrido como pocas especies un severo retroceso poblacional que, en unas décadas, ha dejado a la rapaz en una peligrosa situación. La pérdida de recursos alimentarios y una incomprensible persecución por parte de ganaderos y cazadores están en el origen del problema, sobre todo porque este mediano carroñero resulta particularmente sensible al efecto de los venenos ilegales, que están siendo sembrados últimamente en nuestros campos por unos pocos irresponsables.