El más común y extendido de nuestros pájaros carpinteros, el pito real, es un ave inconfundible de la que, en muchas ocasiones, tendremos referencia por su característico canto: una especie de sonoro relincho que delata su presencia en las arboledas ribereñas, los bosques caducifolios y las áreas ajardinadas donde se instala. Activo consumidor de invertebrados, este pícido dispone de una larga y pegajosa lengua con la que prospecta los resquicios de los hormigueros en busca de los huevos, larvas y adultos que constituyen la base de su dieta.