Los umbríos abetales y hayedos de las montañas pirenaicas y cantábricas resuenan en primavera con los profundos tamborileos de una especie íntimamente unida al futuro de los boques maduros: el picamaderos o pito negro, un ave voluminosa e inconfundible, que realiza una impagable labor sanitaria forestal al eliminar ingentes cantidades de insectos xilófagos y sus larvas.