Una de las rapaces más conocidas desde la antigüedad, sobre todo por su empleo en cetrería, es el halcón peregrino, un ave de aspecto compacto y musculoso en cuya anatomía todo está al servicio de la velocidad. Consumado predador de aves pequeñas y medianas y poco exigente a la hora de instalarse, el peregrino es una rapaz prácticamente cosmopolita que, no obstante, ha visto cómo sus poblaciones se reducían peligrosamente en muchos lugares a consecuencia de la escasez de presas y de la intoxicación con plaguicidas y otros venenos agrícolas.